La diferencia es lo que nos hace especiales

La diferencia es lo que nos hace especiales
La diferencia es lo que nos hace especiales

sábado, 2 de mayo de 2015

¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos con problemas en el lenguaje?

                                                                       

Dada la generalización de la enseñanza a toda la población de forma obligatoria y el uso prioritario de la lectura y la escritura como mediadores de la enseñanza, son muchos los niños que tienen dificultades escolares.
Todos aprendemos de manera diferente. En el niño, hay que valorar de que manera aprende con menor dificultad: observando,  escuchando, a través de la experiencia directa y la manipulación,…                                            
En este nivel pueden aparecer trastornos o indicios sobre ciertas dificultades, pero puede tratarse de trastornos evolutivos, y que a lo largo del aprendizaje pueden desaparecer. Por otro lado, podemos encontrarnos con que un alumno presenta mayores problemas con la lectura o la escritura, esto sería válido considerando varios factores, entre otros: antecedentes, personalidad del alumno,… aportando muestras evidentes de que se trate de un problema necesario de evaluar. En este último caso sería conveniente acudir a la maestra-tutora, especialistas del centro (maestro/a de audición y lenguaje y pedagogía terapeútica), equipo de orientación y atención educativa.
Pero mientras…. ¿Qué podemos hacer desde casa?
Es primordial en la educación de un niño el papel de los padresLos padres deben hacer de su hogar: un lugar seguro y alentador. Es importante valorar las habilidades particulares, fomentar todo talento especial que exhiba su hijo: pintura, deporte, la música, favoreciendo su adecuada autoestima, factor muy relevante en la personalidad de su hijo. Elogiar al niño le animará a tener un comportamiento positivo.
Igualmente es esencial poder dedicar el tiempo necesario para ayudar a su hijo con los deberes o en caso de no ser posible, buscar un  profesor especializado que pueda proporcionarle la ayuda.
Otro punto clave a tener en cuenta son las dificultades prácticas que puedan presentar, es decir, necesitan una organización adecuada, estructurada, clara y concisa del día a día. Hablamos de rutinas que le faciliten al alumno conocer su entorno y saber qué es lo que tiene que hacer en cada momento, evitando su desorientación, distracción,…Para ello podemos ayudarles utilizando códigos de color para marcar: libros, bolsas, objetos que manipule en su vida diaria para que pueda reconocerlas inmediatamente.
La actitud de los padres debe basarse en el sentido común. Ante una pregunta que realice el niño sobre ortografía o gramática cuando esté escribiendo, se le dará la respuesta y se le dejará continuar con su tarea. Es importante tomarse el tiempo necesario para escuchar a su hijo, aprovechar un momento tranquilo para darle la oportunidad de contarle lo ocurrido ese día o de hacerle partícipe de lo que le preocupa.
Es imprescindible que los padres sepan cómo brindar la ayuda necesaria a sus hijos, pero pueden hacerlo de forma lúdica y práctica. Con una serie de ejercicios pueden ayudarlos a desarrollar la capacidad de comprensión del lenguaje, sin mucho esfuerzo.
Se pueden realizar ACTIVIDADES VERBALES, por ejemplo:
1.- Elegir una letra del alfabeto, comenzando con una letra que aparezca en el nombre del niño. Buscar objetos que comiencen con esa letra, inventar rimas para el nombre del niño o niña: “Ramón, ¿te gusta el jamón?”….
2.- Juegos tradicionales de lenguaje oral que también desarrollan éste ámbito son:
-            “Veo-veo”: Se comenzará con la primera sílaba de la palabra, por ejemplo “Empieza por ME-” pasando de los conceptos más fáciles a los más complejos. Cuando el niño domine las sílabas, realizaremos esta misma actividad utilizando solo la letra inicial, por ejemplo: “Empieza por M- (eme)” (Visualizar vídeo de Eugenia Romero como ejercicio-tipo).

-           “Palabras encadenadas”: Se trata de hacer una cadena de palabras que comiencen por la sílaba final de la palabra anterior, por ejemplo: el primer jugador dice “ventana” y el siguiente debe pensar una palabra que comience por “na-”, como podría ser “nave”, y así sucesivamente (“velero”, “ropa”,…).
Otros prerrequisitos son también importantes trabajarlos: la atención, la memoria, el vocabulario… Para ello el niño debe estar abierto a experiencias variadas y contar con la mediación de un adulto que le ayude a madurar esos aspectos. Algunas actividades que pueden ayudarle:
-           Decirles el nombre de las calles por la que pasan.
-           Recordar nombre, apellidos y profesión de papá y mamá.
-           Aprender su número de teléfono y los de algún familiar o amigo
-                 Localizar en las tiendas aquello que van a comprar y cogerlo.
-                 Jugar con puzzles, barajas de familias (profesiones, animales, alimentos)…
-                 Aprender los días de la semana y los meses del año.
-                 Buscar las diferencias entre dos dibujos casi iguales.
-                 Observar durante un tiempo una lámina, foto ,… y preguntarles que había, cuántas personas, qué ropas llevaba, que tiempo hacía,…
-                 Enseñarle canciones, adivinanzas, refranes,…
-                 Poner objetos sobre la mesa y decirle que cierre los ojos, esconder uno de los objetos y cuando los abra que descubra que objeto falta.
-                 Describir un objeto de la casa y que lo adivine. Por ejemplo: “Tiene cuatro patas y nos sentamos en ella cuando vamos a cenar”
-                 Leer juntos una historia y hablar sobre ella. Hacerle preguntas sobre algunos acontecimientos del cuento para ver si los recuerda.
-                 Recordar que comió el día anterior en la comida y en la cena.
-                 Aprovechar las salidas de la ciudad para explicarle por qué pueblos pasan y qué veis.
-                 Ver con él un programa de TV y preguntarle por los personajes: su nombre, qué hacen,…
-                 Preguntarle sobre una habitación de la casa con los ojos cerrados: color de las paredes, cuadros, muebles, otros objetos,…
Es esencial demostrar al niño la utilidad de la lectura para la vida diaria: viendo el periódico, a qué hora empieza un programa de TV, consultar catálogos de juguetes, leer recetas de cocina y realizarla, escribirle notas para que haga recados sencillos, leer notas que le entreguen en el colegio,…
Así mismo debemos recordar que no todos los niños llevan el mismo ritmo y lo importante es que cada uno alcance sus objetivos de acuerdo a la madurez que vaya adquiriendo; no debemos perder la paciencia ni atosigar al niño. Hay que propiciar en él el desarrollo de una relación positiva con lo escrito, asociando la lectura con situaciones placenteras: manipulación de libros, audición de lecturas por un adulto antes de dormir, leer a dos voces (el adulto lee el cuento, de pronto se calla, o el adulto lee un trozo y el niño otro) etc.

Es fundamental confiar en los profesionales de la educación de su hijo, seguir sus orientaciones y propuestas de colaboración, de modo que tanto la familia como la escuela vayamos en la misma dirección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario